lunes, 30 de noviembre de 2015

Revolución maker, evolución en la educación


El mundo maker abrió una nueva etapa en la manera de entender la educación: pensar haciendo. La educación actual se mueve con la lógica del siglo XVIII, los alumnos son tratados como iguales. Pero iguales en el peor sentido de la igualdad. Tan iguales que requieren, se interesan y deben comprender exactamente los mismos contenidos. Iguales que no importa cuál sea su sesgo de gusto, su capacidad o habilidad innata, deben aprender el mismo programa.

Llegó la hora dar un paso más allá en la educación. Hoy la tecnología permite que lo igual sean las oportunidades de desarrollo y no el contenido. El contenido se puede ajustar para que los que aprendemos se adapte a nuestras necesidades generando un impacto mucho mayor. Esta lógica es la lógica maker. La lógica del idear, diseñar y hacer, que puede aplicarse en cualquier ámbito de la educación impactando directamente en el manera de pensar de los chicos (y no tanto).

La lógica maker, y su materialización a través de makerspaces o laboratorios abiertos, como NETI, estimula el emprendedurismo, potencia la creatividad, estimula la colaboración y, al final de cuentas, tiene un impacto directo en la creación de valor.

Los makerspaces demuestran que existe un camino posible entre una idea descabellada y su realización. Gracias al acceso a la tecnología y el conocimiento, los talleres abiertos cambian el juego y permiten ejecutar la lógica de ideación local con impacto global.

Poner talleres completos a disposición de chicos, adolescentes y adultos jóvenes hacen que las mentes creativas sean aún más creativas, no dando ni siquiera la posibilidad de pensar en barreras de acceso a la realización de sus ideas.

Además, la concentración de ideas que se da en los makerspaces y la diversidad de perfiles (diseñadores, curiosos, ingenieros, expertos, novatos) obligan a la colaboración. Para hacer productos de alto impacto es necesario sumar distintas ramas del conocimiento, visiones complementarias e ideas disruptivas. La colaboración es uno de los principios fundamentales sobre los que florecen estos talleres.

Estas características desembocan indefectiblemente en innovación genuina. En el desarrollo de productos de impacto que surgen de la creatividad y la necesidad local, que llevan el sello de la forma de ver el mundo de sus creadores. De los talleres abiertos pueden surgir productos,  emprendedores, empresas y patentes, mostrando un impacto social positivo tangible y medible.


La educación maker permite que lo igual sean los valores y no el conocimiento. No hace foco en si todos saben electrónica o informática. Concentra su poder en que todos sean creativos, sigan sus proyectos, quiten de sus cabezas las barreras de acceso a la tecnología y se concentren en las soluciones y no en los problemas. 



Alejandro Repetto
@ajmerepetto

domingo, 5 de julio de 2015

Boleta Única Electrónica - Desmitificando

El último mes tuvimos un par de twitstarts detractores (y otros repetidores) que se dedicaron a pegarle a la Boleta Única Electrónica (BUE). A mi criterio, si querían denostar este sistema de votación deberían haber tomado una posición política y no una técnica, ya que la primera permite la discusión y la segunda se acaba cuando técnicamente no pueden sostener el punto (Science, bitches).

Vamos a analizar rápidamente los dos problemas de seguridad que vi que detectaron:

1)    El RFID pone en riesgo el voto secreto. El chip de la boleta, una vez impresa, puede leerse desde un celular que tenga incorporada tecnología NFC, si está a una distancia de no más de 3mts. Esta es una característica intrínseca de la tecnología, no hace falta ser Carlín Calvo para poder hacerlo.  La cuestión es que sería un poco raro poder tener acceso a esa distancia  de la boleta una vez emitido el sufragio.
Se me ocurren dos escenarios donde eso puede llevarse a cabo:
a-    Un fiscal partidario pone su celular en modo “lectura”, lee todos los votos, anota rigurosamente el orden de votación y luego matchea voto con votante.
b-    Alguien esconde un celular cerca de la máquina de votación y, con ayuda de un fiscal, se sigue el orden de votación para hacer el match.

La opción (a) suena rara. Creo que el fiscal llamaría la atención tratando de leer todas las boletas, dando por hecho que hay otros fiscales y autoridades de mesa. Además, por estar cerca de la urna probablemente no podría diferenciar el voto emitido por su objetivo de todos los que están dentro de la urna. La lectura no es tan direccional y, si es direccional acota el rango.
La opción (b) suena más rara aún. Alguien debería tener acceso al aula de votación previamente para montar el sistema. Esto es complejo y, si lo comparamos con el voto papel, sería el equivalente a que alguien ponga una cámara oculta el cuarto oscuro.

2)    Voto múltiple. Encontraron una manera de intervenir el chip y hacer que la máquina, cuando se pone en modo recuento, se trabe. Esto requiere que quien lo hace tenga una boleta válida y haga algunos ademanes con su celular sobre la boleta para dañar el chip. Acá, nuevamente, planteo dos escenarios.
a-    Para realizar la maniobra la persona tiene que sacar su celular y ejecutar algo de código que demora unos segundos. Por lo menos donde yo voté, la máquina estaba expuesta y el votante estaba siendo observado por fiscales y autoridades. Creo que esto sería bastante complejo de hacer, aunque nunca falta el habilidoso.
b-    Suponiendo que el sujeto tiene la oportunidad de hacerlo, al momento del conteo de votos están los fiscales para verificar que el papel impreso coincide con lo que marca el chip y, por lo tanto, con lo que se contabiliza. De poder llegar a hacer la maniobra el conteo se hará de manera manual haciendo valer el voto que figura impreso que es el que todos validamos con seguridad.

En conclusión, los dos hacks que encontraron son teóricos. Es decir, existen, son problemas de seguridad que deben ser arreglados, pero son impracticables. Inclusive, si vamos a situaciones de contorno donde se puedan ejecutar, la pregunta clave que habría que hacerse es ¿cuál sería la ganancia y la motivación del atacante? ¿El esfuerzo del ataque vale la pena frente a la ventaja obtenida? Tengamos en cuenta que tanto para el hack (1) como para el (2) habría que lograr hacer la maniobra en cada mesa que se quiera obtener la ventaja.

Otras críticas que hacen, que no tienen que ver con hackeos, son en base a la (des) confianza que presentan el sistema por los siguientes puntos:

1)    No es open-source. Estoy de acuerdo con que podría serlo, sin embargo que lo sea no garantiza nada. Hemos pasado por bugs críticos en sistemas open-source que fueron detectados mucho tiempo después del reléase. Es más, si estamos de acuerdo con que la tecnología usada en ambientes críticos sea de código abierto, exijamos lo mismo a los sistemas de control de tráfico aéreo, de energía, bancarios, de AFIP o del ReNaPer.

2)    Que cuando se transmite el telegrama se hace online y puede haber una diferencia entre lo que se ve en pantalla y lo que se manda. Esto es simplemente ridículo. Todos los fiscales se quedan con una copia del resultado y, desde hace varias elecciones se publican abiertamente los resultados de las mesas. Hacer esta maniobra ad-hoc sería una ridiculez mayúscula, ya que automáticamente se pondría en evidencia el error (o el intento de fraude).

3)    Que la computadora no es “boba” y, para decir esto ponen una foto de puertos USB y seriales. La verdad que no abrí la computadora, pero lo que dicen es que no registra votos y, para eso, hace falta un disco rígido para que persista la información o un sistema de red para que la derive. Inclusive siendo así no hay un trackeo posible (razonable) para ver quién votó qué. La computadora probablemente use un mother normal y, hasta donde sé, el sistema lo cargan con un CD, no bootea desde un disco o una flash. El contralor último y válido por sobre todo es el papel.

La tercera categoría de críticas, es donde me parece que debería haber empezado, son las políticas, a saber:

1)    ¿Ahorra dinero? A priori parecería que sí, siempre y cuando la inversión de soft y hard perdure en el tiempo. Es decir se repague la inversión inicial.
2)    ¿Ahorra tiempo? La votación parece ser más rápida y el conteo también (lo veremos).
3)    ¿La licitación fue limpia? Esto no lo sé. Si alguien tiene pruebas que no lo fue sería bueno que las muestren.
4)    ¿Hacía falta? Bueno, depende qué estemos buscando. A mi criterio la tecnificación suele llevar a sistemas más eficientes, pero sería bueno que quienes pensaron el proyecto expongan las métricas.

Detractores amigos me acusaron de defenderlo por ser “PRO”. Los invito a todos a discutir técnicamente. La ciencia no tiene (o no debería tener) partido político.

Mañana veremos el resultado.

Alejandro J M Repetto
@ajmrepetto


PS: Aclaro que yo no realicé ningún análisis de seguridad sobre el sistema. Estoy respondiendo a los que detectaron bugs. El sistema puede tener miles de errores riesgosos, pero los que han sido detectados y publicados no presentan ningún riesgo para el votante ni para la elección.

domingo, 1 de febrero de 2015

Movida Maker: podés sumarte o mirar de afuera.

Desde que Chris Anderson (la semideidad maker más famosa) tiró la posta diciendo que el movimiento maker sería la punta del iceberg de la tercera revolución industrial, muchos levanta-data-de-internet comenzaron a googlear de qué se trataba este yeite.

Algunos se avivaron ahí nomás que existía la posibilidad de transformar rápidamente ideas digitales en físicas reales, a través de las máquinas de control numérico, desayunándose que hace décadas que existe la impresión 3D y los pantógrafos; otros se enteraron que existían unas plaquitas que se llamaban Arduino, que permitían a (casi) cualquier homo-sapiens-sapiens dársela de ingeniero electrónico, y flashearon cuando se supieron que las habían hecho unos tanos copados hace como diez años atrás.

Todos se sorprendieron de lo cerca que estaba la ficción: momento en el que cualquiera de nosotros puede producir sus propios artefactos y que parezcan hechos por gigantes de la industria de los productos. Sin embargo, salvo los que estamos metidos en el “nicho”, muchos todavía ignoran de qué se trata la movida y cómo impacta en sus negocios. En otras palabras, muchas personas están caminando la Green Mile y no se enteraron.

La tecnología, unida a la corriente del código abierto y a la era de la información, generaron una mezcla difícil de digerir para las grandes empresas de productos. Cualquiera con buenas ideas y voluntad de aprender (pilares del movimiento maker), puede diseñar, prototipar, producir y comercializar un producto de diseño que compita en las grandes ligas.
La pregunta es, ¿cuál es el alcance de este impacto del movimiento maker en la industria? Se me ocurren, a modo de ejemplo, las siguientes áreas:
  • Producción: cualquier gerente de producción de una multinacional dice que para que un producto llegue al mercado global no pueden pasar menos de dos años. Estimados gerentes, los invito a ver Quirky, hicieron productos en cuatro semanas, desde la ideación a las tiendas. La lógica es fácil, un poco de Design Thiking por acá, otro de Lean Startup por allá, mucho Internet (conocimiento) y bastante prototipado (maker), et voilà.
  • Recursos Humanos: los de RRHH siempre están en discusiones filosófica si la generación Y, W, X o Z. No estoy seguro qué letra le corresponde a la “generación maker” (¿será acaso la generación M?), pero lo que sí estoy seguro es que sus próximos recursos humanos van a tener la lógica del “hágalo usted mismo” incorporada. Generaciones que nacieron en la era del conocimiento y que, para potenciarlas, pusimos en sus manos medios de producción. Son chicos que hoy hacen sus drones, robots, impresoras o patinetas inteligentes. Algo más inquietos que los que vinimos con la computadora bajo el brazo. Para asombrarlos, motivarlos y retenerlos van a tener que entenderlos.
  • Posicionamiento de marcas / Marketing: ¿alguien todavía cree que un cartel en la Gral Paz tiene mucha influencia sobre su marca? Está comprobado que los consumidores presentan mucho más atención a las experiencias que a un cartel. Crear experiencias es hacerlos parte y formar equipo. Estas experiencias se realizan mediante llamados de atención inclusivos e innovadores. El movimiento maker es participativo por definición, una experiencia en el que el público objetivo se vea involucrado será de mayor valor y alcance que un cartel. A través de la lógica maker se puede invitar e involucrar a todos a ser partícipes de su experiencia. Estos contenidos viralizan mucho más fuerte que cualquier institucional que se le pueda ocurrir al mejor crack del marketing.
  • Innovación / I+D: los procesos de investigación y desarrollo convencionales llevan años, y mucho dinero. Las empresas que se suman a la lógica maker para su I+D, tendrán un diferencial por sobre las que no lo hagan. Entender cómo intentar, fallar y volver a intentar rápidamente, a bajo costo es fundamental para lograr innovación genuina que impacte tanto en productos como en procesos.
Si todavía no se convencieron que tienen que entender y aprender un poco más de esto para ser competitivos en el futuro cercano, lo único que les puedo decir es que probablemente compartan el purgatorio de las empresas que el futuro temprano se las devoró.


Alejandro Repetto

@ajmrepetto