Se repite “achatar la curva” casi
como un mantra. El objetivo de que no se llegue a la saturación del sistema de
salud parece razonable, pero ¿se está haciendo al respecto?
La cuarentena temprana disminuye
el contacto social y, por lo tanto, la tasa de infectados crecerá lentamente,
sin poner en riesgo el sistema de salud. También amaina la posibilidad de que el virus
mute y se complejice el asunto. La pregunta es: ¿cuánto tiempo hay que mantener
la cuarentena para que no explote la curva? Suponiendo que sea real que en Argentina
tenemos 400 infectados en este momento, ¿en cuánto tiempo se llegará a un
número de infectados/recuperados que garantice que la expansión de la pandemia
no deje nocaut a los hospitales? A este ritmo, deberíamos estar años en
cuarentena esperando que la mayoría de nosotros hayamos estado expuestos al virus
para inmunizarnos. ¿Es una solución viable mantener la medida por tiempo
indefindo?
Si el 31 de marzo, o el 6 de abril,
o el 13 de abril, o en cualquier fecha que dispongan se levanta la cuarentena y
todos salimos a la calle, sólo serán ese par de miles que se habrán infectado hasta
el momento los inmunizados y, en vez de enfrentarnos a una población potencial
de 44.000.000 de personas para infectar, nos enfrentaremos a un potencial de 43.998.000,
que claramente no hacen la diferencia.
Tratando de aclarar el argumento:
El 1 de marzo llegó el primer infectado desde Italia. Sucedieron un par de decenas de casos importados quienes, en contacto con familiares, amigos o amantes, comenzaron a diseminar el virus. A su vez, ellos a otros amigos y familiares, y así sucesivamente hasta llegar a los casos actuales. Comenzó el confinamiento, se frenó la velocidad de avance del contagio. De no haberlo hecho hoy seguro seríamos miles de infectados. Muy bien el parche.
Ahora supongamos que en un momento se levanta la cuarentena. Esto no quiere decir que no haya más infectados en la calle, habrá una masa de algunos cientos, o decenas, o uno, no importa. Ese uno comenzará la cadena de contagios de la población no expuesta previamente, disparando de nuevo la famosa curva exponencial hacia los que no estén inmunizados, habiendo logrado sólo retrasar el desenlace.
En estos términos el
confinamiento parece no servir para achatar la curva porque no se puede
mantener el suficiente tiempo como para hacer desaparecer al virus del planeta,
sino para ganar tiempo. Entonces, se abre otra discusión: ¿qué hacemos con el
tiempo que ganamos? ¿preparamos la logística para cuando explote? ¿esperamos
que encuentren una cura rápida? ¿esperamos que surja algún método de testo
masivo para poder aislar a los infectados?
En el entretiempo vemos que se
preparan hospitales, se compran insumos y una ridículamente baja cantidad de
kits de testeo. No se anuncian las estrategias que ejecutarán post-cuarentena y
no se habla de cómo se levantarán las políticas de confinamiento. Parecería que
lo más lógico es el confinamiento obligatorio de las poblaciones de riesgo -que
son quienes saturan los hospitales- y testeos masivos para detección temprana
de portadores. Sacar a los infectados de las calles y mantenerlos lejos de los
ancianos o inmunodeprimidos requiere de una inteligencia mayor que decir “se
quedan todos en la casa”, levantando el dedito acusador.
Pienso que alguien ya pensó en esto, pero no encuentro argumento matemático para probar que con el confinamiento se solucione el problema.
Espero que, más allá
del mantra de “achatar la curva”, haya un plan para cuando nos dejen salir de
casa.
Alejandro Repetto
@ajmrepetto