viernes, 29 de junio de 2012


RobotClub

Hoy me uní al Robot Club: por lejos lo más nerd que hice en mi vida y no exagero. Acá parece común que la gente se junta durante la cena o el almuerzo a charlar sobre temas particulares, unos encaran el problema de la energía, otros de la falta de agua y así sucesivamente.

Bueno, yo terminé uniéndome al club de gente (si es que se puede llamar gente) que investiga patrones para darle sentimientos a los robots. Siempre dije que si la humanidad iba a crear una inteligencia robótica que tenga sentimientos y self-awareness yo quería participar, así que ni bien me enteré TUVE que sumarme.

Tuvimos una larga charla sobre para qué y por qué darle sentimientos a los robots, sobre qué era el sentimiento y la conciencia, y sobre como tratar de manejarla. Todo tutureado por Dan Barry, el astronauta devenido en INVENTOR DE ROBOTS CON INTELIGENCIA EMOCIONAL (?). Dan nos estuvo contando sobre su robot que siente miedo y el robot que se pone contento cuando él llega a la casa y le abre el portón para que entre el auto.

Para la próxima reunión quedamos en hacer un brainstorm a ver si podemos asociar nuestro proyecto del curso a este tema. Calculo que pasaré pensando cómo relacionarlo sólo para asegurar mi participación en la creación de vida articial.

AR

miércoles, 27 de junio de 2012


¿China potencia?, Meh...

El modelo actual de producción e intercambio de bienes está a días de morir. La impresión 3D va a cambiar la vida más aún que la máquina de vapor, el fuego o, inclusive, la invención del transistor. Imaginen un mundo donde la producción de cualquier pieza se haga en el lugar que se va a utilizar, no importa el material, no importa el diseño.

Las impresoras 3D son un hecho. La tecnología de impresión en tres dimensiones, que permite producir cualquier pieza en los materiales más variados no sólo ya están en el mercado, sino que hay instructivos de código abierto que permiten armar la impresora en casa con piezas que se pueden comprar en cualquier casa de electrónica (http://www.fabathome.org/?q=node/1). Sólo hace falta el plano digital de la pieza a construir, el material básico (plástico, vidrio, madera, concreto, metal, etc.) y apretar el botón “Imprimir”. Luego de un par de horas tendrán la pieza hecha, fresca, recién salida del horno, para ser usada.

Hoy existen impresoras 3D con resoluciones de hasta 10 micrones (una décima de milímetro), que pueden fabricar desde las piezas más pequeñas que podamos usar en la vida diaria hasta paredes de edificios. Es factible (y hay empresas que lo están tratando de poner en el mercado) imprimir casa, imprimir piezas de autos, piezas de arte, souvenires y hasta órganos humanos.

La popularización de esta tecnología va a llevar, sin lugar a dudas, a una nueva revolución industrial. Será suficiente con poner impresoras 3D cerca de los centros de consumo y sólo mandar los planos para que la pieza se haga realidad.

Las fábricas como las conocemos desaparecerán. El trabajo esclavo, muy competitivo hoy en día, quedará demodé. Quién quiere un esclavo si las impresoras son multipropósito (fabrican cualquier pieza), trabajan todo el día sin cansarse, y su costo es mínimo. China, la actual fábrica del mundo, deberá dedicarse a otra cosa. ¿Para qué voy a producir un juguete en China si lo puedo imprimir a la vuelta de mi casa?

Esto tendrá consecuencias severas para varias industrias. La producción de bienes en general es obvia. Pero también morirá el negocio de la logística. ¿Grandes barcos llenos de containers moviendo bienes de una punta del mundo a la otra, gastando combustible y generando un enorme impacto ambiental? Eso es tan siglo XX...

Otra cuestión importante que se avecina con esta tecnología es el tiro de gracia al copy-right. Ahora no sólo podremos piratear música, video y software. Podremos piratear cualquier diseño que se nos venga en mente. La red se plagará de torrents con planos para construir cosas.

Hasta acá los cambios positivos. Pero no todo es color de rosas. ¿Qué pasa si imprimimos una pistola Glock magnum .45 en la impresora de casa? Lo más llamativo es que ya lo probaron y funcionó perfectamente. ¿Qué pasa si imprimimos una pieza para arreglar el auto, se rompe y provoca un accidente? Está claro que hay un vacío legal al respecto y, como siempre, los abogados llegarán tarde para legislarlo.

Esta tecnología cambiará el mundo. Se deberá diseñar un nuevo modelo de intercambio de bienes a nivel mundial. No habrá más exportación/importación de bienes con valor agregado. Se intercambiaran planos en el mejor de los casos, si es que se respetan los copy-rights. Sin embargo esto es poco probable. Mi predicción, jugando a hacer un poco de futurología, es que el único intercambio, por ahora, será de materiales de producción para alimentar las impresoras – plástico, vidrio, madera, concreto, etc-. Y, enfatizo el “por ahora”, porque jugando un poco con nanotecnología, también se podrá imprimir el material crudo.

El hecho es que la tecnología no para. Chau China, chau empresas de logística, chau producción en masa. La próxima era, es la era de la impresora 3D.

AR

martes, 26 de junio de 2012


Matemáticas en San Francisco


El primer día libre que tuve me fui derecho para San Francisco. No puede ser que esté a una hora de acá y no tenga tiempo de visitar la ciudad. Casualmente (?) justo era al marcha del orgullo gay (Pride Parade). Para los distraídos, resulta que San Francisco es la ciudad gay por excelencia. Se jactan de tener la mayor densidad de homosexuales del mundo. No estoy seguro qué clase de record es ese, pero bueno, parece que es un hecho.

La pride parade se parece más a un carnaval que a cualquier otra cosa. Es simplemente una avenida cerrada y gente que pasa con carteles, proclamas y algunas carrozas. La diferencia es que hay mucho cuero, latex y gente en bolas. Pero no pasa de eso.

Lo que me llamó la atención es que en cierto punto parecía más un evento publicitario que una marcha “del orgullo”. Desfilaron Google, United, Delta, Facebook, entre otras empresas locales e internacionales. Y solo pasaban por ahí, con sus logos de empresas y quizás algún cartel gracioso. Eso muestra que acá podés ser macho, puto, pentasexual, pero si vivís acá, lo capitalista no se te va.



Después de un rato se tornó repetitiva, eso que pasaron cualquier tipo de especímenes. Pero ya había pasado la gracia. Encaré para caminar un poco la ciudad. La arquitectura de es muy buena, tiene edificios de última generación mezclados con palacetes de 3 pisos, sobre las calles onduladas. Todo muy lindo. Caminé más de 15km, fui hasta el muelle de pescadores, vi Alcatraz desde la costa, pasé por el barrio chino, el barrio italiano, la Union Square y un par de lugares más.

El tamaño del barrio chino me sorprendió. Y, ahora que pienso en exponenciales, para dar una idea de volumen, creo que podría hacer una ecuación rápida para explicarlo: si elevamos el barrio chino de Belgrano a la cantidad de homosexuales que viven en SF obtendremos el volumen del barrio chino local.

lunes, 25 de junio de 2012


Consciencia robótica en 3, 2, 1...


La pregunta disparadora es ¿podremos construir una inteligencia sintética que sea cociente de sí misma? Y si lo hacemos, ¿qué deberíamos tener en cuenta? Al tratar de resolver la primera pregunta se disparan otro sinfín de interrogantes. Entre ellos, ¿somos nosotros conscientes de nosotros mismos? ¿qué es la conciencia después de todo? ¿un animal es consciente? ¿Cómo probamos la conciencia de otros si no podemos probar la propia?

Uno de los postulados de Dan Barry, experto en robótica (entre otras cosas), actualizó el “pienso, luego existo” de Descartes por “Me muevo, luego existo”. Él dice que la consciencia tiene que ver con el movimiento. Los organismos que tiene cerebro, no importa el tamaño del mismo, se mueven. A partir de ello surge que el robot con conciencia de sí mismo debería moverse. Esto es un concepto fuerte, pues en el campo de la inteligencia artificial la idea de crear organismos sintéticos que puedan moverse no es muy bien vista.

El segundo punto es la respuesta emocional. No hay demasiada controversia al afirmar que los organismos con conciencia de sí mismos tienen aunque sea un mínimo de conciencia emocional. Esto es, de alguna manera puede distinguir qué es bueno o malo para sí mismo e, inclusive, si escalamos un poco en la pirámide evolutiva, puede entender qué es bueno/malo para otro ser vivo. Basta con pensar en un perro que ataca al agresor de su dueño. Es decir, entiende que alguien está agrediendo a un tercero que, por algún motivo, tiene que cuidar.

Entonces, por ahora, podemos decir que para lograr la tan buscada “conciencia de sí mismo” sintética hay dos condiciones necesarias: movimiento y emociones. ¿Qué tan lejos estamos de ello?

La rapidez con la que está evolucionando el campo de la inteligencia artificial y la robótica es asombrosa. Hoy se pueden comprar legos para hacer robots por menos de cincuenta dólares y empezar a programar cuestiones básicas. Esto está lejos de lo que postulamos, pero es un buen comienzo. Si ponemos más herramientas en más manos, seguro vamos a acelerar la innovación.

Por otro lado, se ve el avance en los laboratorios, hay robots que imitan peces, aves, chitas, mulas, y otro sinfín de animales. Estos todavía se programan de una manera declarativa, es decir, se les da una serie de instrucciones posibles para que reaccionen ante acciones dadas. No tienen libre albedrío, cosa que a ciencia cierta no sabemos si los animales tienen.

Deberíamos preguntarnos los límites éticos de la robótica y su impacto en dos campos: el militar y el de vigilancia. Crecimos viendo Terminator, pasó el 21 de abril de 2011 sin novedad, pero hoy sabemos que Skynet será perfectamente posible en el futuro próximo, más si tenemos en cuenta que el mayor financista en temas de robótica es el DoD.

domingo, 24 de junio de 2012

Fiestas de Fraternidad

Ayer fue la fiesta de bienvenida, organizada por la clase anterior. Bien a lo yankee, hicieron ceremonia de traspaso de ritos y ese tipo de cosas. La verdad estuvo muy bien, sobre todo por el que la animaba.



Era un alumno del año 2010, que era EXACTAMENTE IGUAL A BOOGER, el de la Venganza de los Nerds. Tomando vodka y tequila de la botella, agitando con el micrófono e incitando al desbande, le fue dando forma a la fiesta. Hizo un “ice-breaker” con votación con clickers, y las preguntas y respuestas posibles estabas bastantes bien logradas.

La fiesta siguió, conocí algunas personas de años anteriores y, de a poco, voy recolectando experiencias, visiones y algunos tips sobre todo esto que, a decir verdad, no termino de entender por completo.

AR


Intro a la Singularidad (o qué estoy haciendo acá?)


Después de una semana de tratar de procesar la información que van tirando, voy entendiendo un poco más sobre la idea de la singularidad y la acción de las tecnologías exponenciales sobre la humanidad. En esta primera entrada voy a tratar de resumir, a grandes rasgos, la idea genérica de todo.

Cuando pensamos en tecnología se nos viene a la cabeza una computadora. Ok, eso es tecnología y explica bastante la idea “exponencial”, pero no es todo. Así que vamos a empezar por el principio. En realidad, para entender la singularidad hay que remontarse un poco a otros tiempos. Si analizamos cómo las distintas tecnologías fueron surgiendo y las consecuencias que fueron generando, veremos que inventos disruptivos (aquellos que rompen la concepción del mundo como lo conocemos) se suceden cada vez con más frecuencia. No hablo del último siglo, hablo de la historia de la humanidad. La rueda, el fuego, la prensa, la máquina de vapor, la locomotora, el auto, el avión, la balística, la válvula, el transistor y así podemos seguir por un rato largo. Viendo la sucesión temporal en la que estos eventos se suceden, nos vamos a dar cuenta de dos cosas: los tiempos entre eventos son cada vez más cortos, y el impacto (en términos evolutivos) cada vez mayores. Bueno, eso es, básicamente, un crecimiento exponencial.

Ahora que entendimos (?) de qué se trata lo exponencial, vamos a ver de qué se trata la singularidad. La singularidad, y esto ya es más filosófico, es básicamente el momento donde el humano se trasciende a sí mismo. Según Ray Kurzweil, uno de los gurúes de la singularidad, cofundador de Singularity University, y con quién tuve el gusto de hablar, la define como el momento en que los cambios tecnológicos se suceden tan rápido y son de impacto tan profundo que la humanidad como concepto se transforma de manera irreversible. En otras palabras, es el momento en el que la tecnología nos trasciende y, según Ray, se pone a nuestro servicio.

Vayamos a algo un poco más técnico que dé soporte a la idea. Los que estudiamos informática y electrónica seguro oímos hablar en algún momento sobre la ley de Moore. Moore era un ingeniero electrónico que postuló que la cantidad de transistores por unidad de superficie se duplica cada 18 meses. Considerando que se puede tomar (casi) como cierto que la cantidad de transistores es directamente proporcional a la capacidad de procesamiento, podemos decir, sin pifiar demasiado, que la capacidad de procesamiento también se duplica cada 18 meses.

Ahora, qué implicacia tiene eso? Primero, que el crecimiento de la capacidad computacional es exponencial. Un pequeño paréntesis para tener idea de qué hablamos, si ponemos en una jarra durante 30 días el doble de monedas que pusimos el día anterior, empezando por 1 moneda el día 1, al final del mes tendremos 1.073.741.824 de monedas. Es decir, que si empezamos con una capacidad X con la primera computadora en los años 60's, y duplicamos su poder cada 1.5 años, se podría asegurar (y se puede probar) que una computadora actual es 1.099.511.627.776 veces mayor que en aquellos tiempos.

Ahora que los convencí que esto crece rápido y mucho, vamos a la segunda parte. El poder de cálculo de las computadoras es proporcional a la complejidad de problemas que puede resolver. Entonces, podemos afirmar que ahora podemos resolver problema un billón (billón español) de veces más complejo. Sin embargo, para que una computadora pueda resolver un problema, el problema se debe poder describir con información, cosa que no siempre es tan fácil.

Resumiendo, tenemos dos cosas: tecnologías de aceleración (exponenciales) y la singularidad. Las tecnologías de aceleración facilitan la evolución humana, esto es un hecho. La singularidad es un concepto filosófico que quizás alcancemos o quizás no, pero nos marca un rumbo.

Se entendió? Espero que sí... En las próximas entradas iré sobre conceptos específicos en las áreas que más me interesan: seguridad, computación, redes, nanotecnología, inteligencia artificial, robótica, emprendedurismo, entre otras.

AR

miércoles, 20 de junio de 2012

Sleepless University

Lanzaron un par de proyectos en paralelo para entretenernos un rato. En no más de una hora salieron unas veinte ideas que van desde hacer bijouterie (tuve que buscar en el diccionario cómo se escribe eso) con una impresora 3D (que tenemos en el lab a  nuestra disposición), hasta armar un globo aeroestático de alto alcance conducido con un iPhone.
Yo me anoté en dos: buscar usos paralelos para el Kinect (probablemente manejemos robots de legos o el globo aeroestático) y uno para jugar con algoritmos genéticos y neuronales (probablemente para jugar con drones).
Son pasadas las once de la noche y están todos en el lab probando los chiches nuevos. So nerdish...

AR

Almuerzos Espaciales


Me jacto de tener alta capacidad de asombro. Sin embargo, en lo que va del curso (cuatro días), puedo decir que estoy dudando un poco. Una historia rápida al respecto:
Ayer, durante el almuerzo, no tenía ganas de sentarme en las mesas así que decidí comer un poco de fruta sentado afuera, en una suerte de cantero que hay en el lugar. Con el mismo plan se acercó uno de los profesores de robótica y ciencias del espacio, Dan Barry. Resulta que este buen hombre es astronauta y estuvo en tres misiones espaciales reales y estaba ahí conmigo, almorzando y hablando sobre el futuro de los drones y sus usos civiles y militares. Me invitó a formar parte de su laboratorio dentro de la universidad. Están “jugando” con cuadricópteros…

martes, 19 de junio de 2012


La policía de California escucha Leo Dan


El primer paseo por Moffet Field (MF) fue, como no podía ser de otra manera, para comprar una notebook. A los quince minutos de llegar averigüé dónde estaba el BestBuy más cercano y emprendí viaje, eran unos 4km. Arreglé con un mexicano que estaba en mi mismo plan y partimos.

Al salir del edificio, caminamos no más de dos cuadras y nos para la policía local (Vale aclarar que al estar en un establecimiento federal, la policía responde al gobierno central y no al de California, las normas son SENSIBLEMENTE más duras). Amablemente nos ofreció darnos un aventón hasta la salida, que son unas 8 o 10 cuadras. Así es como mi primer paseo en MF fue en la parte de atrás de un patrullero. El policía nos hizo preguntas como para hacer inteligencia básica y aprovechó para contarnos sobre su fanatismo por la música latina. Su favorito dijo que era por Leo Dan (WHAT THE FUCK?).

Después de un recorrido (largo) por MF y habiendo comprado algo de tecnología, llamamos un taxi para volver. Llega el típico yellow cab manejado por un osama-bin-laden like taxista. Temí por mi vida. Entramos a un establecimiento federal con un árabe con turbante y más barba que Raúl Castels (?).

Conclusión, salí del campus en el asiento de atrás de un patrullero y volví en un taxi conducido por un tipo que lo deben parar en todas las fronteras del mundo buscando armas de destrucción masiva. Eso es adrenalina, no me vengan con bungee jumping.

AR

Abrazo de gol

Por alguna rara razón en Argentina se valoran más las cosas cuando se hacen de modo desprolijo. El argentino siente una suerte de placer extra cuando en un partido de fútbol, van cero a cero en el minuto 89’ y el equipo que peor jugó, en la última jugada, hace el gol de la victoria. Casi que disfruta más eso que ganar un partido cinco a cero, con resultado indiscutible.
Otro ejemplo del absurdo se ve cada cuatro años, cuando son las olimpíadas y empiezan a salir a la luz esos “héroes” que ganan una medalla y cuentan que entrenaban todos los días cinco horas después de su trabajo de nueve. Que lo hacían con una bote inflable y remos de madera balsa en vez de con las canoas profesionales y elementos como corresponde. Parece que ganar así aporta más valor y que, en vez de dedicarle más recursos al tipo que se esforzó para la próxima olimpíada, casi que juegan a superar la desgracia de la anterior para engrandecer la futura (casi imposible) victoria.
A qué viene todo este cuento? Bueno, creo que viví un poco de esa emoción de ganar en el último minuto. Apliqué para la beca en octubre, para los “early appliers”, donde entra muy poca gente. En febrero me dijeron que, a pesar de mis excelentes credenciales, no había quedado seleccionado, pero me iban a considerar para la selección general. Promediando el mes de mayo, cuando ya lo daba por perdido, me avisan que no había quedado en la general peeeero, dadas mis excelentes credenciales (a esta altura lo tomaba en joda), me dejaban en lista de espera. Finalmente, el 23 de mayo llego a casa y veo un mail de SU. No le di bola, seguro iban a hablar de mis “excelentes credenciales” y me iban a decir que siga participando. Así que me hice la comida, cené, y me decidí a abrir el mail. Ahí estaba, el gol en el minuto 89, la medalla del que entrena en condiciones inferiores al promedio.
Debo admitir que tiene un gusto especial. Una victoria inesperada. Sin embargo, creo que me hubiera llenado más el pecho entrar de una. Pero acá estoy.
Abrazo de gol para todos los que me aguantaron!

AR

El zapallazo (La previa)

Vamos a empezar esto con un halo de optimismo. Yes we can, como decía el presidente simpático y bronceado del norte. Creo que muchos de nosotros tenemos un complejo de inferioridad importante. Mirá si me van a aceptar en tal universidad?! Mirá si me van a dar la visa de trabajo para tal país!? Mirá si voy a entrar a estudiar en la NASA?!
Bueno, vamos a romper un mito. Puedo decir que en Argentina tenemos la calidad profesional y académica suficiente como para sentirnos cómodos en cualquier parte del mundo. Ojo, que esto no se entienda mal. No hablo de la “argentinada” de creernos que nos las sabemos todas. Me refiero a la gente que estudia y se esfuerza, que trabaja y disfruta lo que hace. Si cumplen esas premisas, se puede llegar a cualquier lado. Falta proponérselo. (Ok, eso rozó peligrosamente un consejo de Stamateas, quiero morir)
Cuando apliqué a SU tirándome un lance, tirando un zapallazo a ver si la pegaba. Tenía un sentimiento encontrado. Un día me levantaba diciendo “mirá si me van a elegir entre 80 tipos de todo el mundo! Quién soy yo? Qué tengo de especial?” y, al otro día decía, “tengo credenciales por sobre el promedio, por qué no yo?”. Parece que después de idas y vueltas, la cosa se pareció más mi día optimista que al día pesimista.
Creo que este paso es estar surfeando la cresta de la ola. Tiré un zapallazo y pegué. La pregunta que me incomoda ahora, que todavía no empecé el curso es: y después qué?

AR