viernes, 25 de enero de 2013


Minar el espacio, como en el Rebellion

Uno de mis juegos de PC preferidos era (y es) el Rebellion. Para explicarlo rápido, es un juego basado en la historia de Star Wars donde uno elige uno de los dos bandos y tiene que conquistar el universo a través del desarrollo de tecnologías, la minería de recursos y algunas otras cosas que le ponen onda al juego. Uno de los puntos críticos de este juego, como casi todos los de estrategia, es la minería de recursos. Hay que ir tomando planetas y sus lunas para extraer los materiales de modo de poder desarrollar la economía del imperio.

Este juego del año 1998, que pretendía introducirnos en un mundo imaginario , no hacía ni más ni menos que prepararnos para el futuro (a pesar del “A long time ago…” de Star Wars). Hace ya cerca de un año que vengo escuchando la idea de minar asteroides para extraer metales. La idea es simple: acá, en la roca que vivimos, algunos metales son escasos mientras que todo el tiempo pasan cientos de asteroides cerca de nuestro planeta cargados de minerales. ¿Por qué no hacer naves con robots mineros que extraigan esos metales y los descarguen en la Tierra? Claro! ¿Cómo no se nos había ocurrido antes?! ROBOTS MINEROS QUE VAN HASTA ASTEROIDES Y SACAN SUS METALES, straighforward. O.o

Suena fácil, pero hay un par de cosas que hay que ver antes que esto sea realidad. Por un lado, las naves espaciales tienen que ser más baratas. El espacio exterior debe ser más accesible para que los costos de la minería cierren. En función de esto hay varias empresas trabajando, desde Made in Space (Empersa de Singularity University) que está desarrollando impresoras 3D que funcionan en gravedad cero para poder producir piezas en el espacio hasta Planetary Resources  que desarrolla sistemas orientados justamente a la explotación de metales en el espacio.

Otro punto que debe pensarse es el desarrollo en sí de los robots de minería. Poder identificar el asteroide correcto, alcanzarlo con una nave, aterrizar, minarlo (en gravedad cero) y hacer que todo eso vuelva a la Tierra, parece un tema complejo. Empresas como Planetary Resources y Deep SpaceIndustries, están trabajando en algunas ideas que piensan probar en el futuro próximo.

Más allá de los problemas técnicos mencionados, existen dos problemas más que, a mi parecer, son más complejos: el ecológico y el social. Estos dos temas no son tratados en ninguna de las notas que publican en las secciones de divulgación científica de los diarios y me parece importante tenerlos en cuenta.

Parece que todo estuviera preparado para que transformemos los elementos que encontramos en nuestro planeta en otras cosas y no que AGREGUEMOS elementos. ¿El planeta puede soportar que agreguemos agua, oro, hierro o titanio? Si puede, ¿Cuánto? ¿Hay un límite aunque sea teórico? Por otro lado, viendo la parte buena, podríamos decir que no habrá más necesidad de minería a cielo abierto junto a la necesidad de usar contaminantes acá ya que podríamos separar los materiales en el espacio.

El último gran problema es la democratización del espacio. ¿Qué impacto social puede tener la minería espacial? Está claro que en el corto/mediano plazo sólo unos pocos países podrán acceder a ese recurso. Esto, ¿aumentará la brecha entre países? ¿De quién son los asteroides? Si dos países deciden minar un asteroide, ¿Cómo se lo disputarán?

Si bien está claro que esto no pasará mañana ni pasado, pasará en el corto plazo. Antes del 2020 es altamente probable que ya, como raza humana, hayamos hecho alguna prueba seria sobre el tema. Hay mucho que ver y pensar al respecto, pero vayámonos haciendo la idea que la mayoría de nosotros, en algún momento, consumirá productos Made in Space. 

Alejandro Repetto
@ajmrepetto

Algunos videos al respecto:




jueves, 24 de enero de 2013


Flashback de SU

No sé bien por qué ni como pero todavía tengo flashes de SU como si los hubiera vivido ayer. De hecho, casi todos los días recuerdo cosas que no recordaba el día anterior. Algo así como que mi cerebro todavía está decantando o tratando de procesar la cantidad de información absurda que recibí hace seis meses.

Últimamente aparece de manera recurrente una de las tantas situaciones raras que sucedieron en esas diez semanas: el día que tuvimos la primicia que un cónclave de científicos había concluido que los animales tienen conciencia. Es algo que yo siempre lo tomé como un hecho. Pienso que todos los que alguna vez tuvimos un perro lo sabíamos, aunque sin poder explicarlo demasiado bien. El punto, igual, no es el tema de la existencia (o no) de la conciencia animal. La anécdota es cómo se dio la situación. 

Era una de las tardes que teníamos todas clases de neurociencias, promediando la semana 7 u 8, ya todos bastante cansados. Uno de los oradores estaba retrasado. Su avión, proveniente de Londres, no llegaba. El día estaba previsto que finalice a las 17hs y, siendo las 18, este buen hombre (de quién no recuerdo el nombre) no aparecía. El jefe de profesores de neurociencias nos insistía para que nos quedáramos, que era único lo que íbamos a escuchar en esa charla. Cerca de las 19, cae un tipo de traje, totalmente desalineado, con una valija de las de carry-on y se sube al escenario.

Agitado, tomando un poco de agua, balbucea algo así como “Les tengo una noticia que va a revolucionar la ciencia”. Saca un papel arrugado, una birome y una copa de champagne de su valija, al mejor estilo Mery Poppins y dice:
 “Con esta birome acabo de firmar el acta en la Universidad de Cambridge, frente a Stephen Hawking, que declara que los animales tienen conciencia. Y esta es la copa con la que brindamos luego de ponernos todos de acuerdo”.

Seguido a ello, nos leyó el acta recién salida del horno y abrió el juego para preguntas y respuestas al respecto.

Como dije, la conciencia o no de los animales no es la anécdota en sí. Creo que sólo en SU puede pasar que viene un tipo de Londres, con una declaración firmada hacía horas en la Universidad de Cambridge, frente al gran Hawking a spoilerea material científico de ese tenor.

Por si les interesa, esta era la declaración:
http://fcmconference.org/img/CambridgeDeclarationOnConsciousness.pdf


Alejandro Repetto
@ajmrepetto

miércoles, 9 de enero de 2013


Impacto social positivo como manera de hacer negocios

Kevin Lomax: Are we negotiating?
John Milton: Always.
(Devil's Advocate)

La oportunidad de negocio más grande es la que mayor impacto positivo tenga en la sociedad. Cambiar el mundo para mejor es, a fin de cuentas, la empresa más rentable que podamos pensar. Los grandes cambios sociales llegan, usualmente, de la mano de la tecnología, usando el significado más amplio de la palabra “tecnología”. La rueda, el fuego, la prensa, la penicilina, la computadora o los teléfonos celulares son ejemplos de tecnologías que hicieron que la humanidad alcance un nivel superior de evolución.

Todas ellas, según el momento en el que se dieron, generaron – y todavía generan – grandes industrias. A pesar del pesimismo que muchos tienen sobre la influencia negativa de los negocios en el desarrollo humano, la realidad es que, a la larga, si generan impacto social positivo se pueden lograr mejores márgenes de ganancia. Los Mr. Burns no son los que triunfan hoy en día. Para ser claro, es más rentable mejorar la calidad de una semilla para que produzca más y mejor calidad de alimentos que vender a mayor precio un alimento escaso. Yendo más allá con el ejemplo, si producimos mejor calidad de alimentos a menor precio, tendremos un mercado potencial más grande para nuestro próximo emprendimiento, generando un círculo virtuoso. Podríamos pensar entonces que no hay negocio sin progreso, no hay progreso sin negocio.

Este concepto, que si lo analizamos un poco no es ni más ni menos que la propuesta original del verdadero capitalismo, desde hace ya unos cuantos años se está difundiendo desde Silicon Valley hacia el mundo con una velocidad notable; y no es casual que haya sido retomado en la cuna de las industrias exponenciales. La manera de generar masividad y, de manera análoga, fuerte impacto social positivo es a través de este tipo de industrias. Inclusive, en Estados Unidos se creó un nuevo tipo societario para las  empresas que trabajan con esta visión llamado “B Corporations” (http://www.bcorporation.net/). Las B-Corps son empresas con fines de lucro pero que a la vez asumen un alto compromiso social.

Hoy las industrias exponenciales más desarrolladas probablemente sean la de la información, la de las comunicaciones y la de la biología. Pero sin embargo nacen nuevos nichos todo el tiempo, por ejemplo la conjunción el diseño industrial y el concepto de personalización de la mano de la corriente DIY (Do It Yourself),  que promueven el impacto global partiendo de la innovación local.

Particularmente, Argentina, a pesar del espíritu innovador y la alta calidad profesional, no se ha movido mucho más allá de la tecnología de la información, centrándose sobre todo en el software. Sin embargo, el concepto de negocio exponencial abre una ventana de oportunidad interesante para generar nuevos desarrollos de alto impacto mundial que no deberíamos dejar pasar, explotarlo está en nosotros.

Personalmente, este concepto es la idea rectora de los emprendimientos que estoy encarando. Parte fundamental del éxito, creo, es rodearse de personas que realmente crean en los proyectos y compartan estos principios como manera de generar valor.



Alejandro Repetto
@ajmrepetto