miércoles, 22 de agosto de 2012


El backstage de la NASA

Mucha gente se pregunta qué hace la NASA mientras no manda robots propulsados con energía nuclear equipados con un láser que vaporiza rocas a Marte. Tuve la oportunidad de asistir a una visita guiada por algunos de los laboratorios dentro de NASA  Ames Research Park y les puedo contar algunas cosas interesantes al respecto. (Hay otras que no puedo contar por cuestiones de confidencialidad, pero eso no importa J).

Primero, para dar una idea de tamaño, trabajan en la actualidad cerca de 2.500 investigadores y maneja un presupuesto de más de 800 millones de dólares. Cuenta con un equipamiento valuado en unos 3.000 millones de dólares y es el centro de astrobiogía, exploración lunar y microsatélites de toda la NASA. Posee, entre otras cosas, el túnel de viento más grande del mundo (36m x 24m).

Parte del Hyperwall mostrando choque de galaxias.
La primera escala de la visita es en el centro de supercomputación. Ames tiene una supercomputadora con más de 91.000 procesadores, rankeada actualmente como número 11 en el mundo. Hace poco más de un año era la número tres, para dar una idea de la velocidad con la que crece la capacidad de cálculo en el mundo. Esta computadora, sin embargo, no es lo más importante desde el punto de vista del análisis de la información. Lo mejor es que, como se imaginarán, no está conectada a un monitor. Está conectada a lo que llaman Hyperwall. El Hyperwall es un arreglo de 8x16 monitores de 21 pulgadas de altísima definición -unos 256 Gigapixels - donde vuelcan los modelos matemáticos que procesan para poder visualizarlos y tomar decisiones de diseño. Entre otras cosas interesantes vimos las tensiones de un trasbordador espacial entrando a la atmósfera, la simulación de choque de dos galaxias, la simulación de choque de dos agujeros negros, una simulación del movimiento y la historia de las galaxias conocidas y los movimientos de vientos y mareas reproducidos con la historia de los últimos 50 años. Todo a todo color en altísima definición. Después de esto, ver una película en IMAX no será lo mismo.

Otra de las perlas de Ames es el simulador de torre de control. Una torre de control de aeropuerto tamaño real equipada con todos los elementos necesarios para operar pero, en vez de tener ventanas, tiene pantallas planas de alta definición que permiten simular cualquier aeropuerto del mundo. Así como lo leen. Tocando un botón pasan de Houston a Miami y de Miami a JFK. Con un nivel de realismo tal que permite al director del ejercicio de simulación generar llegadas de aviones de cualquier porte, de cualquier línea aérea en cualquier momento, generando congestiones, cambiando el clima, la luz ambiente, haciendo que nieve o que llueva. Para dar una idea del nivel de realismo, los gráficos no son sólo de aviones y aeropuertos, sino que se ve perfectamente la ciudad detrás del aeropuerto, tal como si fueran fotos interactivas. A modo de “broma”, también probamos la torre de control en Marte, utilizando imágenes tomadas por Opportunity, el robot que precedió a Curiosity.

Simulador de Vuelo VMS
Siguiendo en tono de simulación, Ames aloja el simulador de vuelo multiuso más real del mundo. Un simulador de seis grados de libertad (adelante/atrás, izquierda/derecha, pendiente adelante/pendiente atrás) que permite cambiar la cabina para simular aviones varios, helicópteros, transbordadores espaciales o cualquier otro objeto volador (identificado en este caso). El “Vertical Motion Simualtor” (VMS) permite movimientos de 12 metros en horiztontal y 20 metros en vertical y está conectado ubicado en un hangar digno de locación de escena final de película de James Bond.

Para cerrar, y saltando algunos pasos menos interesantes (si es que hay menos interesante en todo esto), visitamos el centro de control de tráfico aéreo de EE. UU. Es un laboratorio con nivel dos de seguridad (eso quiere decir que hay que pasar otro chequeo, no se puede sacar fotos y casi no podría hablar de ello – pero aprovecho que me estoy por ir para hacerlo-). Ahí se concentran todas las señales de tráfico aéreo de todas las subestaciones de EE.UU. contando los radares principales, intermedios y locales. En tiempo real muestra todos los aviones que están en el aire, si vienen atrasados, si hay congestión o si algo se salió de control en algún momento. Allí no sólo miran, sino que desarrollan sistemas de control. El sistema que están instalando ahora incluye una herramienta para controladores aéreos que permite organizar los vuelos para reducir el retraso al mínimo. Como anécdota al respecto, se dio una charla interesante con el director del laboratorio sobre el futuro del control de tráfico aéreo y los aviones no tripulados.

Si eso es lo que muestran, me cuesta imaginar lo que no vi. Para ser sincero, después de Singularity University no me cuesta mucho imaginarlo pero me encantaría verlo.

Alejandro Repetto
@ajmrepetto

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