lunes, 3 de septiembre de 2012


El otro relato

Europa está en banca rota. Las guerras están devastando la humanidad. El hambre y la miseria acechan. Las pestes como el cólera, el ébola y la tuberculosis son pandemias. El futuro es oscuro. ¿Alguien vio pasar a los cuatro jinetes del Apocalipsis?

Esto simplemente es mentira. Contrariamente a lo que la mayor parte de la gente piensa y siente, vivimos en un mundo cada vez más próspero y ordenado. Menos muertes por enfermedades, esperanza de vida infinitamente mayor a la de épocas anteriores. Mucha más gente con acceso a recursos básicos como el agua y la comida. Un tiempo paz inédito en la historia mundial. Pocas guerras y las que hay son menos cruentas que las anteriores, con muchísimo menos daño.

Entonces, ¿qué pasa? El problema es, en realidad el acceso a la información. Nuestros padres o, sin ir tan lejos, nosotros mismos, hace 20 años no nos enterábamos que un loco se puso a tirar tiros en Times Square sino hasta un par de días después, si es que tenía relevancia la noticia. Sabíamos poco y nada sobre enfermedades o niveles de pobreza que afectaban al África Subsahariana y, yendo un poco más atrás, mucho menos sobre lo que pasaba en los campos de concentración de la antigua URRS.

Hoy, el conocer la información nos horroriza. Pero la realidad es que deberíamos estar contentos de la evolución que tuvo la humanidad. En la mayoría de los espacios de las ciencias, tanto exactas como sociales, estamos superando el punto de inflexión de la curva exponencial que nos lleva hacia un futuro infinitamente mejor.

El modelo de la escasez de Malthus fue echado por tierra. La sábana no es corta como nos quieren hacer creer. No hay sábana de hecho. Las nuevas industrias, las nuevas empresas, las que de verdad triunfan, son las que crean nuevo valor no las que acumulan capital de otros. Se puede crear valor sin “robar” riqueza y sin generar inflación, está demostrado. La idea comunista de que si un tiene es porque al otro le falta, quedó en la cabeza de algunos melancólicos que siguen queriendo dividir al mundo.

El acceso a la información y las comunicaciones cambió la manera de ver el mundo. Para el año que viene se espera que haya un 70% de penetración en la telefonía móvil. Y, en poco tiempo más, una penetración equivalente de los smartphones. ¿Qué va a pasar cuando en el 2020 cerca del 90% de la población tenga Internet? 

La era de la micro-colaboración comenzó. Redes de inversión P2P, como Kiva, redes de promoción de productos como Kickstarter o redes de “hágalo usted mismo” (DIY) son el futuro del desarrollo humano. El poder está en manos de la multitud, el crowd sourcing, grupos de personas con pasiones compartidas que se ayudan para lograr objetivos realmente grandes son una realidad. La comunicación permitió que estos movimientos tengan alcance transnacional, que no sea una sociedad de fomento barrial. El modelo superador al capitalismo es el capitalismo mismo. Nadie reparte lo de otros, todos se ocupan de hacer lo que más les gusta y lo que mejor le sale y pueden vivir de ello.

Como humanidad, en promedio, estamos viviendo un período de abundancia. Lleno de libertades individuales que se ponen al servicio de todos. El liberalismo triunfa y nos ayuda a ser mejores, a vivir más cómodos y a ser más justos. Lástima que algunos aprovechen la información para contar una parte de la historia y justificar eventos locales. “El mundo se nos caen encima”, diría una primera mandataria, mientras se pisa los cordones y se tropieza.

Alejandro Repetto
@ajmrepetto

PS: Est post contiene mucho del optimismo de Peter Diamandis en Abundance. Aclaro que este optimismo es un optimismo con comprobación matemática.

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